NO HAY GLORIA SIN PENA 
					los jóvenes y la ofbenda 
					 
					En un vergel ameno 
					mil jóvenes sin freno 
					discurren distraidos, 
					aquí y allí perdidos. 
					Uno á otro, de un arranque, 
					zambulle en un estanque; 
					y el otro á su vecino 
					le acuestá en un espino. 
					Para ellos esculturas 
					son hórridas figuras; 
					y así, cual en retablo, 
					copiando los del diablo, 
					las pintan sutilmente 
					un no sé qué en la frente. 
					Ya sin panza de un tapo 
					me dejan al dios Baco; 
					y ya á Venus la bella, 
					tan sin pudor como ella, 
					por más que se agazapa 
					haciendo que se tapa, 
					la hacen que como un charro 
					fumando esté un cigarro. 
					Uno al fin sobre Apolo, 
					travieso como él solo, 
					mostrando una corona, 
					esto á todos pregona: 
					—"Aunque envidias provoque, 
					del que el extremo toque 
					de ese ciprés que ondea, 
					premio esta ofrenda sea." 
					— "¡Arriba!" 
					— gritan todos, 
					corriendo de mil modos: 
					y en trances infelices, 
					los ojos y narices, 
					ya ven de dia estrellas, 
					ya acaso barren huellas, 
					ya el alto viene abajo 
					asido del zancajo, 
					ó ya el más bajo al otro 
					le monta como á un potro: 
					hasta que uno elevado, 
					que más que otros, lo osado 
					con lo dichoso junta, 
					tocó al ciprés la punta, 
					al fuego que le inflama; 
					y 
					
					¡chasc!... 
					rota la rama, 
					cayó rápidamente, 
					haciéndose en la frente, 
					amen de algun rasguño, 
					un chichon como un puño. 
					Cercáronle con prisa 
					unos fingiendo risa, 
					y otros mostrando pena 
					por la ventura ajena; 
					y vendando sus sienes, 
					tras de mil parabienes, 
					por cima de la venda 
					ciñéronle la ofrenda. 
					 
					Dos coronas contemplo 
					que lia de ceñir el sabio 
					para alcanzar victoria, 
					si de la gloria al templo, 
					despreciando su agravio, 
					aspira en su delirio: 
					antes la del MARTIRIO, 
					despues la de la GLORIA. 
					 
					 
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